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El sur de España siempre ha sido conocido por su clima soleado. Sin embargo, la forma en que la gente usa esa luz del sol está cambiando ahora. En las últimas décadas se ha producido un cambio silencioso: cada vez más europeos del norte, incluidas muchas familias extranjeras, se están trasladando a Andalucía, Murcia y, especialmente, a la provincia de Alicante.
Han añadido una nueva capa a las comunidades que ya están moldeadas por el turismo y los residentes estacionales. Se sintieron atraídos por el clima, el ritmo de vida más lento y el hecho de que la propiedad sigue siendo asequible en comparación con sus países de origen. Un efecto claro de esta migración es que más personas quieren paneles solares. La gente que vive aquí todo el año no sólo quiere disfrutar del sol, sino que también quiere cogerlo.
De lento a rápido
España siempre ha sido un gran lugar para la energía solar sobre el papel. Las zonas del sur de Europa reciben mucho sol. Pero, sorprendentemente, el mercado interno estuvo lento durante años. El “impuesto al sol” y las reglas estrictas hicieron que la gente fuera menos propensa a invertir.
En los últimos cinco años, ese panorama ha cambiado mucho. Los cambios en las normas facilitaron el autoconsumo, redujeron los costes de instalación y, de repente, los tejados de toda Alicante se cubrieron de paneles solares.
Un mercado pequeño se ha convertido en una industria de rápido crecimiento, donde las empresas de paneles solares en Alicante y en toda la Costa Blanca compiten para ofrecer soluciones energéticas más limpias y asequibles.
Personas del norte de Europa como primeros usuarios
Para las personas del Reino Unido, los Países Bajos y otros países del norte que son nuevas en la zona, la elección es casi automática. Mucha gente ya está acostumbrada a las energías renovables en casa, donde los debates sobre sostenibilidad y subvenciones son habituales.
En España, la ecuación se inclina aún más a su favor: más sol, facturas de electricidad más altas y la promesa de ser menos dependientes de la red. Instalar paneles solares es una de las primeras grandes cosas que muchas de estas familias hacen en sus nuevos hogares, ya sean villas modernas cerca de la costa o casas de campo restauradas en las colinas a las afueras de Alicante.
Un impulso para la economía local
La creciente demanda ha tenido un efecto en la economía de la zona. Empresas instaladoras en Alicante y otros lugares están recibiendo muchos pedidos últimamente. En algunos lugares, la gente tiene que esperar durante meses. Además, ciudades que antes no estaban seguras ahora incluyen la energía solar en sus planes para el futuro.
Solía ser un negocio secundario, pero ahora es una gran parte de la industria de la construcción. Está dando a las ciudades que han estado perdiendo gente una nueva fuente de actividad, fortaleciendo a las pequeñas empresas y creando empleos.
Problemas que vienen con el boom
Todavía hay problemas que vienen con el boom. La red eléctrica española no puede soportar tanta producción descentralizada. Por lo tanto, los cuellos de botella se producen cada vez con más frecuencia. También puede resultar difícil gestionar el papeleo porque los permisos y subsidios son diferentes en cada zona.
Y aunque muchos compradores extranjeros pueden pagar el pago inicial, las familias de bajos ingresos y los inquilinos a menudo se lo pierden. También hay una paradoja: si bien las viviendas individuales son cada vez más respetuosas con el medio ambiente, el crecimiento general de la vivienda, en gran parte impulsado por la demanda de otros países, ejerce más presión sobre los recursos de tierra y agua.
A pesar de los problemas, hay impulso
No se puede negar que hay impulso, incluso con estos problemas. Los costos están bajando, las regulaciones están ayudando y hay una fuerte demanda por parte de los consumidores, todo lo cual apunta a un crecimiento continuo. Para los recién llegados, instalar paneles solares en Alicante es más que una simple buena idea; son parte de hacer una nueva vida en España. Para la zona, este es un gran cambio: la energía ya no es sólo una cuestión de política nacional; también se trata de miles de pequeñas decisiones que cambian el panorama.
El sol siempre ha brillado en el sur de España. Ahora, mucha gente la convierte en electricidad, lo que literalmente impulsa la siguiente parte de la historia de Alicante.
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